Este mes no os presentamos un libro en concreto, sino que queremos hacer hincapié en la importancia de la literatura en la difusión del amor por la montaña y los viajes.
Podemos pensar que la literatura de viajes data de la época del romanticismo y que las crónicas de ascensiones solo se remontan a finales del siglo XIX o principios del XX, pero podemos retroceder en el tiempo nada más y nada menos que a la antigua Grecia con la Odisea y al año 384 de nuestra era para encontrar el primer «libro de viajes», la Itinerarium Egeriae escrito de forma epistolar por una mujer que se llamaba Egeria y que como motivo alegaba que «como soy un tanto curiosa, quiero verlo todo» esta mujer, a más señas, gallega, se adelanta mil quinientos años a George Leigh Mallory en su respuesta ¿Por qué subimos montañas? Porque están ahí. Su curiosidad la llevó a recorrer a lomos de burro más de cinco mil kilómetros a través de tres continentes. Su libro fue el precursor de aquellos que maravillaban a los lectores convirtiéndolos en potenciales exploradores y descubridores.
Desde entonces y pasando por Marco Polo, Cristóbal Colón, Albert F. Mummery, el mismo Mallory y la pléyade de alpinistas-viajeros-escritores de nuestros días, la literatura de montaña y viajes ha contribuido a difundir el conocimiento, las ansias de explorar nuevos espacios y vivir experiencias enriquecedoras basadas tanto en nuestra propia imaginación, como en las descripciones de personas que se aventuraron en lo inhóspito y desconocido de nuestro planeta. Tenemos muy cercano el ejemplo de socios fundadores de nuestro club que con medios y transportes rudimentarios desde los años sesenta se adentraron desde nuestra querida Sierra de Grazalema hasta cordilleras como el Atlas, el altiplano Armenio (Mt. Ararat), etc., ejemplo de ello es la publicación del dibujo sobre la Sierra del Pinar (M. Gil y P. Belmonte) publicado hace un tiempo en esta página y a disposición en nuestro club, así como varios libros también de su pluma sobre sierras andaluzas.
Como ya comentamos en reseñas anteriores, este mayo se cumplen setenta años de la coronación del Everest, uno de los límites físicos de nuestro planeta, lo cual es un buen motivo para explorar nuestra biblioteca en busca de obras e información, os sugerimos Everest 1951 basado en la expedición de reconocimiento previa a la ascensión de 1953, cuyas fotografías dieron a conocer un mundo desconocido y prácticamente en la edad media, esperamos que valgan tanto para leer cómo preparar un viaje a donde nos quieran llevar nuestros pies guiados por nuestra imaginación y una buena mochila.
José A. Ríos Pan
0 comentarios