El pasado tres de diciembre un amplio grupo de socios y amigos quedamos como de costumbre en la avenida de Europa a las ocho menos cuarto, esta vez en coches particulares para dirigirnos al parque nacional de la Sierra de las Nieves con la intención de ascender al Peñón de los Enamorados (1.777 m.s.n.m.). Después de la preceptiva parada para desayunar llegamos al área recreativa del cortijo de Los Quejigales a las diez y media de la mañana.
En esta ocasión Faustino fue nuestro guía y antes de comenzar la ruta nos recordó que la sierra de las Nieves fue el primer lugar para tomar contacto y ascender cumbres nevadas para los socios del club fuera de nuestra sierra de Grazalema.
Emprendimos la marcha por el carril buscando el mirador de los Coloraillos donde hicimos la primera parada de reagrupamiento, desde allí enfilamos la cañada de las Ánimas por donde realizamos el ascenso entre algún castaño de grandes dimensiones, impresionantes ejemplares de Pinsapos y un abundante matorral al principio, una vez llegados al pozo de la nieve de Tolox vemos el cambio de ecosistema forestal al de media montaña rocoso con la atormentada presencia de los quejigos, nos guía una indicación hacia Puerto Saucillo, lugar desde donde ascendimos la temporada pasada, seguimos nuestro camino dejando a un lado la sima de Las Grajas y ya divisando el peñón delante de nosotros al cual ascendemos después de una corta trepada, en la cumbre realizamos nuestra acostumbrada foto de grupo con un emotivo recuerdo para nuestro querido compañero Juan Castell fallecido repentinamente y al que no olvidaremos.
Descendemos al llano al pie del peñón donde disfrutamos de nuestro almuerzo montañero, la rara ausencia del siempre presente viento en estos lugares nos permite gozar de un intercambio de viandas y vino delicioso.
De vuelta tras el descanso nos dirigimos hacia el puerto de los pilones para bajar por la cañada del cuerno teniendo siempre a nuestra izquierda la loma en la que culmina la torrecilla, el juego de nubes entrando desde el oeste nos deja vistas espectaculares , durante todo el camino y desde distintos puntos hemos tenido presente nuestra querida sierra del pinar, ahora bajando por la cañada del cuerno disfrutamos de los impresionantes ejemplares de Abies Pinsapo Boiss que la caracterizan, sobre la cinco y media de la tarde con los últimos rayos solares regresamos a lo coches en los que nos despedimos emplazandonos para la zambomba.
Texto: José A. Ríos Pan
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