El pasado 23 de enero realizamos la travesía entre las estaciones de Gaucín y Cortes de la Frontera, en la provincia de Málaga. Esta ruta forma parte del GR 141, Gran Senda de la Serranía de Ronda o «Camino de los Puertos», en su variante «Cañada del Real Tesoro» (GR 141-1). Remonta parte del curso alto del río Guadiaro y el encajonado valle que este ha labrado a través de calizas jurásicas formadas hace más de 140 millones de años. Nos encontramos en el límite oriental del Parque Natural de los Alcornocales.
Hacia el Cañón de las Buitreras
Nada más iniciar la marcha y dejar atrás el núcleo poblacional de El Colmenar –también conocido como Estación de Gaucín– perteneciente al municipio de Cortes de la Frontera, llegamos a las instalaciones de la central hidroeléctrica de Las Buitreras. Ascendiendo un pequeño repecho junto a la conducción de agua, nos adentramos en el sendero propiamente dicho. Tras recorrer un primer tramo junto al río entre frondosa vegetación de ribera, llegamos al Charco del Moro. Se trata de una badina de frías aguas que surge del Cañón de las Buitreras, una garganta de paredes verticales de más de 100 metros de caída.
Dejando atrás la orilla del Guadiaro, tenemos por delante una dura ascensión en zigzag. Recios peldaños de madera nos ayudan a sortear este importante desnivel. El esfuerzo bien merece la pena pues culmina en un balcón natural con unas panorámicas impresionantes de la garganta. La compañía del majestuoso y silbante vuelo del buitre leonado nos ayuda a entender el más que apropiado nombre del lugar. Sin duda, el momento perfecto para una foto de grupo y recuperar fuerzas tras la subida acometida.
Puente de los Alemanes
Toca ahora descender una fuerte pendiente también en zigzag que, por húmeda y resbaladiza al encontrarse en umbría, nos exige máxima precaución. El descenso nos lleva a un pequeño túnel labrado en la roca que da paso al Puente de los Alemanes. Este data del año 1918 y forma parte de una conducción que transporta el agua hasta la central de Las Buitreras. Se eleva 60 metros salvando una angostura del cañón realmente sobrecogedora. Al otro lado, una sucesión de escalones y pasarelas tallados en la roca nos invitan a remontar un sendero entre retamas que culminará en las ruinas de un viejo cortijo.
Ruinas del Cortijo del Conde
Llegamos así hasta el Cortijo del Conde, rancho también conocido como de las Buitreras. Su estado nos alerta del peligro que corre el modelo tradicional de aprovechamiento agropecuario. Con cuidado nos adentramos entre sus viejos muros de piedra y recorremos los alrededores. La era, las imponentes higueras con cortezas surcadas de imposibles circunvoluciones, etc., nos dan una idea bastante aproximada de la vida que antaño albergó el lugar. El resguardo que ofrecen estos muros y el agradable sol de invierno hacen que este sea el lugar ideal para detenernos. Nada como compartir un buen rato de charla y comida con los compañeros de travesía.
Por pista hacia el Puerto de la Fresneda
Retomamos el camino. Dejamos atrás el cortijo y cambiamos el estrecho sendero por una pista con subidas más o menos pronunciadas, siempre en ascenso hacia el Puerto de la Fresneda. La pista discurre por una ladera paralea al curso del Guadiaro y el trazado del ferrocarril. Ambos se pueden contemplar desde un mirador que pronto divisaremos a la izquierda del camino. Esta atalaya ofrece una impresionante vista del cañón y del discurrir de la vía férrea a través atravesando túneles para salvar la escarpada orografía.
Alzando la vista en dirección noroeste se nos presentan las majestuosas moles calcáreas de las sierras de Los Pinos, Líbar y El Palo, en las estribaciones de la Sierra de Grazalema. Esta parte del monte está cubierta principalmente de matorral bajo salpicado de esqueletos de encinas y quejigos que han sucumbido a la vorágine del fuego. Tras cruzar el curso del arroyo de La Abejera, seco la mayor parte del año, subimos la última pendiente hasta alcanzar el puerto.
Descenso y fin de ruta
A partir de este momento solo nos queda descender por la pista que discurre ahora entre cortijadas, cabrerizas y monte adehesado para el aprovechamiento del ganado (cerdo ibérico, vaca retinta, ovejas, cabras…) hasta unirse a la Cañada Real de Gibraltar en un puente doble (pedestre y vehículos) sobre el arroyo Salitre que nos conduce nuevamente hasta el Guadiaro, el cual sortearemos gracias a la Pasada del Bujeo del Álamo, una pasarela de bella factura.
Recorremos ya el último tramo por asfalto, entre viviendas y fincas de recreo, hasta alcanzar el trazado urbano de la pedanía de Cañada del Real Tesoro o Estación de Cortes, donde ponemos fin a esta provechosa jornada montañera.
Galería de imágenes y track de la ruta
Elevación máxima: 495 m
Elevación mínima: 213 m
Ascenso total: 668 m
Descenso total: -562 m
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